¡A dormir chiquillos!

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A todos nos gusta tener la capacidad de pasar noches en vela para preparar un examen, un trabajo o para ir a una fiesta. Pero imagine lo que sentiría si toda su vida consistiera en una noche en vela tras otra para siempre, seguramente se deprimiría. Es precisamente esta la conclusión a la que llegó un estudio que incluyó un seguimiento por seis años a más de 7.000 personas.

El informe de la Universidad de North Texas, en Estados Unidos., incluyó a 4.494 adolescentes entre los 12 y los 18 años de edad y a 3.582 adultos jóvenes de entre 18 y 25 años, a ambos grupos se les realizó un seguimiento de seis a siete años. Los resultados, publicados en la revista Sleep, sugieren que la presencia de insomnio en los adolescentes aumenta en 2,3 veces las probabilidades de que desarrollen problemas de salud mental e, incluso, de que aumente la gravedad de trastornos de este tipo.

En concreto, los jóvenes fueron más propensos no sólo a tener depresión, sino también pensamientos e intentos de suicido, además, el insomnio hacía que tuvieran el doble de riesgo de beber alcohol, fumar marihuana y otras drogas. Pero esta no es solo una respuesta de los jóvenes, la misma revista científica publicó este año un estudio de 20 años de duración, demostrando que los adultos que sufren insomnio a lo menos por dos semanas tienen mayor posibilidad de tener un episodio grave de depresión, acompañado de ansiedad y nerviosismo.

Aunque la medida requerida de sueño varía en cada persona, la mayoría de nosotros necesitamos entre 7 y 9 horas de descanso nocturno, así que ojo con los trasnoches recurrentes, ya sean por estudio o jarana, porque las consecuencias pueden ser nefastas.